Si bien el ágil en sí no es una metodología monolítica única, sus principios fomentan el desarrollo iterativo donde los prototipos se construyen y proban temprano y con frecuencia. Esto permite la identificación y mitigación temprana de las áreas de alto riesgo. Para los sistemas sin precedentes, donde existen muchas incógnitas, este enfoque es crucial. El enfoque cambia de una planificación detallada y inicial (que es difícil o imposible para los sistemas novedosos) a la retroalimentación y la adaptación continuas basadas en prototipos y resultados de pruebas.
Otros aspectos de Agile, como la estrecha colaboración con las partes interesadas y la comunicación frecuente, mejoran aún más el proceso de mitigación de riesgos al garantizar que el prototipo en evolución siempre satisfaga las necesidades y expectativas cambiantes. Técnicas como Priorización basada en el riesgo También se emplean comúnmente dentro de los ágiles para apuntar a las áreas más inciertas del sistema para la creación de prototipos tempranos.
Si bien otros paradigmas pueden utilizar la creación de prototipos, la naturaleza iterativa y centrada en el riesgo de Agile lo convierte en el ajuste más adecuado para el escenario descrito.