Las características clave de un entorno 3D incluyen:
* Coordenadas tridimensionales: Los objetos se colocan y definen mediante coordenadas X, Y y Z, que representan ancho, altura y profundidad respectivamente.
* Señales de perspectiva y profundidad: Las técnicas como la proyección de perspectiva, el sombreado y la textura se utilizan para crear la ilusión de profundidad y distancia. Los objetos más lejos parecen más pequeños y menos detallados.
* Iluminación y sombras: Los modelos de iluminación realistas simulan cómo la luz interactúa con los objetos, creando sombras y resaltados que se suman al sentido del realismo y la profundidad.
* Modelos 3D: Los objetos dentro del entorno están representados por modelos 3D, que son representaciones digitales de su forma y apariencia.
* Interactividad (a menudo): Muchos entornos 3D permiten la interacción del usuario, como navegar por el espacio, manipular objetos o interactuar con otros elementos dentro del entorno.
Los ejemplos de entornos 3D incluyen:
* videojuegos: Muchos videojuegos utilizan entornos 3D para sumergir a los jugadores en mundos virtuales.
* Realidad virtual (VR) y aplicaciones de realidad aumentada (AR): Estas tecnologías dependen en gran medida de entornos 3D para crear experiencias inmersivas.
* Visualizaciones arquitectónicas: Los arquitectos usan entornos 3D para crear representaciones realistas de edificios y espacios.
* Simulaciones médicas: Los médicos y los estudiantes de medicina usan entornos 3D para practicar procedimientos y comprender la anatomía.
* Simulaciones científicas: Los científicos usan entornos 3D para modelar y visualizar sistemas complejos.
En esencia, un entorno 3D es una representación digital de un espacio tridimensional que puede usarse para una amplia gama de aplicaciones, desde entretenimiento hasta educación e investigación científica.