1. Contraseña del supervisor (o contraseña de BIOS): Este es el tipo de contraseña más seguro y más común. Protege el acceso al BIOS en sí, evitando los cambios no autorizados a la configuración del sistema. Esta contraseña a menudo es establecida por el fabricante y puede ser difícil de restablecer.
2. Contraseña de usuario (o contraseña de arranque): Esta contraseña es menos restrictiva que la contraseña del supervisor y se utiliza para controlar el acceso al sistema operativo. Evita que el sistema inicie sin ingresar la contraseña correcta.
3. Contraseña del disco duro: Esta contraseña protege el acceso a discos duros específicos. Puede evitar que el sistema acceda al disco duro sin ingresar la contraseña correcta, bloqueando efectivamente los datos específicos.
Es importante tener en cuenta que no todas las versiones del BIOS tendrán las tres opciones de contraseña. La disponibilidad y los nombres específicos de las contraseñas pueden variar entre diferentes fabricantes y modelos de BIOS.