* Respuesta inmune: Si una persona está infectada con un virus, su sistema inmunitario eventualmente lo combatirá. Esto no significa que el virus se haya ido para siempre (algunos virus pueden permanecer inactivos), pero la persona ya no está arrojando activamente el virus e infectando a otros.
* Tratamiento: Los medicamentos antivirales pueden ayudar a reducir la cantidad de virus en el cuerpo de una persona y acortar la duración de la infección, lo que lleva a menos transmisión.
* aislamiento/cuarentena: Las medidas de salud pública como el aislamiento y la cuarentena evitan que las personas infectadas propagen el virus a los demás.
* Vacunación: Las vacunas entrenan al sistema inmunitario para reconocer y luchar contra virus específicos, prevenir la infección o reducir su gravedad. Esto reduce drásticamente la propagación del virus dentro de una población.
* declive natural: Algunos virus, especialmente aquellos que dependen del contacto cercano para la transmisión, pueden disminuir naturalmente en la propagación debido a cambios estacionales o cambios en el comportamiento social.
* Intervenciones de salud pública: Más allá de las vacunas y las cuarentenas, las medidas de salud pública, como la higiene mejorada (lavado de manos, saneamiento) y la ropa de máscara, reducen significativamente la transmisión del virus.
* Evolución viral: Los virus evolucionan constantemente. A veces, se vuelven menos transmisibles o menos virulentos (menos probabilidades de causar enfermedades graves). Esto puede conducir a una disminución natural en su propagación.
La razón exacta por la cual las personas dejan de propagar un virus específico depende de la naturaleza del virus, la respuesta inmune del individuo y las intervenciones de salud pública.