1. Riesgo de bloquear su sistema: El riesgo principal es un flash fallido. Si el proceso de flasheo se interrumpe (apagado de alimentación, archivo BIOS corrupto, falla de software), o si se usa la versión BIOS incorrecta, el chip BIOS puede dañarse. Esto hace que su placa base sea inutilizable, efectivamente "ladrando" a su sistema. Sin un BIOS en funcionamiento, su computadora ni siquiera se arrancará, lo que dificulta la recuperación (a menudo requiere equipos especializados y experiencia para reprogramar el chip del BIOS).
2. Riesgo innecesario con un beneficio mínimo: A menos que esté experimentando un problema específico que se sabe que la actualización del BIOS (por ejemplo, soporte para una nueva CPU, una vulnerabilidad de seguridad crítica o un error que afecta directamente la estabilidad de su sistema), los beneficios potenciales de una actualización de BIOS a menudo son mínimos. Muchas actualizaciones de BIOS contienen solo correcciones de errores menores o mejoras que la mayoría de los usuarios ni siquiera notarán. Por lo tanto, el riesgo de bloquear su sistema a menudo supera las ventajas potenciales si todo funciona correctamente.
Siempre es mejor tener una mentalidad de "si no está roto, no lo arregles" cuando se trata de parpadear por el BIOS.