La señal digital se convierte primero en señales analógicas para controlar los cristales líquidos. Cada elemento de cristal líquido se controla individualmente por un voltaje, que es un valor analógico. El brillo y el color de cada píxel se logran variando este voltaje. Por lo tanto, si bien la fuente es digital, la etapa final de la creación de imágenes dentro de la LCD es de naturaleza analógica.