i. Requisitos funcionales: Estos describen * qué * debe hacer el sistema. Especifican las funcionalidades y características del sistema. Los ejemplos incluyen:
* Requisitos del usuario: Describa cómo los usuarios interactuarán con el sistema. Estos a menudo se expresan en historias de usuarios (por ejemplo, "Como usuario, quiero poder iniciar sesión con mi dirección de correo electrónico y contraseña").
* Requisitos comerciales: Defina el papel del sistema en el logro de los objetivos comerciales. (por ejemplo, "El sistema debe procesar al menos 1000 transacciones por segundo").
* Requisitos del sistema: Especificaciones detalladas de las funciones y capacidades del sistema, a menudo expresadas en términos más técnicos. (por ejemplo, "El sistema admitirá el acceso concurrente por 100 usuarios").
* Requisitos de la interfaz: Especifique cómo interactúa el sistema con otros sistemas o usuarios. Esto incluye interfaces de usuario (UI), interfaces externas (API) e interfaces de base de datos. (por ejemplo, "El sistema se integrará con el sistema CRM existente a través de una API RESTful").
ii. Requisitos no funcionales: Estos describen * cómo * debe funcionar el sistema. Definen cualidades y características del sistema, como el rendimiento, la seguridad y la usabilidad. Los ejemplos incluyen:
* Requisitos de rendimiento: Describa la velocidad, la eficiencia y la escalabilidad del sistema. (por ejemplo, "El sistema deberá responder a las solicitudes de los usuarios dentro de los 2 segundos").
* Requisitos de seguridad: Defina cómo el sistema protege los datos y evita el acceso no autorizado. (por ejemplo, "El sistema usará el cifrado HTTPS para todas las transmisiones de datos").
* Requisitos de usabilidad: Especifique qué tan fácil es el sistema de usar y aprender. (por ejemplo, "El sistema tendrá una interfaz de usuario intuitiva y requerirá una capacitación mínima").
* Requisitos de confiabilidad: Describa la capacidad del sistema para operar sin falla. (por ejemplo, "El sistema tendrá un tiempo de actividad del 99.9%").
* Requisitos de mantenimiento: Especifique qué tan fácil es el sistema para mantener y actualizar. (por ejemplo, "El sistema se diseñará para permitir una modificación fácil del código existente").
* Requisitos de portabilidad: Describa la capacidad del sistema para ejecutarse en diferentes plataformas o entornos. (por ejemplo, "El sistema será compatible con Windows, MacOS y Linux").
* Requisitos de escalabilidad: Describa la capacidad del sistema para manejar cargas de trabajo en aumento. (por ejemplo, "El sistema deberá manejar 10,000 usuarios concurrentes").
* Requisitos de disponibilidad: Describa el tiempo de actividad y la accesibilidad del sistema. (por ejemplo, "El sistema estará disponible las 24 horas, los 7 días de la semana")
* Requisitos reglamentarios: Describa los requisitos de cumplimiento impuestos por las leyes o estándares de la industria. (por ejemplo, "El sistema debe cumplir con las regulaciones de HIPAA").
Es importante tener en cuenta que estas categorías no siempre son mutuamente excluyentes; Algunos requisitos pueden abarcar múltiples categorías. Un conjunto de requisitos bien definidos es crucial para un desarrollo exitoso de software. Los tipos específicos de requisitos necesarios variarán según la complejidad y el propósito del sistema.