Esto contrasta con sistemas especializados como sistemas integrados en automóviles o dispositivos médicos, que están construidos para un propósito muy específico y, a menudo, tienen una flexibilidad limitada.
Un sistema informático genérico generalmente consiste en:
* Una unidad de procesamiento central (CPU): El "cerebro" del sistema, responsable de ejecutar instrucciones.
* memoria (RAM): Almacena datos e instrucciones que la CPU está utilizando actualmente.
* Almacenamiento (disco duro, SSD): Almacena datos e instrucciones de manera persistente, incluso cuando la computadora está apagada.
* Dispositivos de entrada (teclado, mouse, etc.): Permitir a los usuarios interactuar con el sistema.
* Dispositivos de salida (monitor, impresora, etc.): Mostrar o presentar información al usuario.
* Sistema operativo (OS): Administra los recursos de hardware y software del sistema.
La característica clave es la flexibilidad y adaptabilidad ofrecido por la arquitectura genérica. La misma plataforma de hardware básica puede ejecutar diferentes sistemas operativos (Windows, MacOS, Linux), diferentes aplicaciones (procesadores de palabras, juegos, bases de datos) y configurarse para diversos fines (navegación web, juegos, desarrollo de software). Esta versatilidad hace que los sistemas informáticos genéricos sean ubicuos en hogares, oficinas y muchos otros entornos.