* sin daño: El PFD debe estar libre de rasgaduras, lágrimas, pinchazos o desgaste significativo que comprometa su flotabilidad o integridad estructural. El daño cosmético menor puede ser aceptable, pero cualquier daño que afecte el rendimiento es inaceptable.
* Todos los componentes presentes y funcionales: Todas las correas, hebillas, cremalleras, cierres y otros componentes deben estar presentes y en funcionamiento. Deben funcionar de manera correcta y segura.
* Boyancia adecuada: El PFD debe retener su flotabilidad prevista. Esto no es algo que pueda probar fácilmente en casa; El daño significativo generalmente sería evidente antes de que la flotabilidad se viera comprometida en un grado inaceptable. Si tiene dudas, se recomienda la inspección profesional.
* Etiquetas y marcas legibles: Todas las etiquetas del fabricante, las etiquetas de aprobación (que indican la aprobación de USCG) y las marcas de tamaño deben ser legibles y presentes. Si las etiquetas están dañadas o faltan, la capacidad de servicio del PFD es cuestionable.
* limpio y seco (o correctamente almacenado si está mojado): Si bien no es estrictamente una medida de *funcionalidad *, un PFD consistentemente húmedo o mohoso plantea preocupaciones sobre su integridad a largo plazo y sugiere daños potenciales.
En resumen, un PFD "servicial" es completo, sin daños y capaz de proporcionar la flotabilidad y la protección para la que fue diseñado. Si no está seguro sobre la condición de su PFD, es mejor errar por precaución y reemplazarlo. El énfasis de la Guardia Costera está en la seguridad, y un PFD cuestionable no cumplirá con sus estándares de cumplimiento.