Eficiencia
* distorsiones mínimas: Un buen sistema tributario debería minimizar las distorsiones en la actividad económica. Esto significa que no debería desalentar el comportamiento productivo como trabajar, ahorrar o invertir.
* bajos costos administrativos: Tanto para el gobierno como para los contribuyentes, el sistema debe ser eficiente en términos de cobro y cumplimiento.
* Impacto neutral en la asignación de recursos: Los impuestos no deberían favorecer indebidamente ciertas industrias o actividades sobre otras.
justicia
* Equidad horizontal: Las personas en situaciones económicas similares deberían pagar cantidades similares de impuestos.
* Equidad vertical: Las personas con ingresos más altos deben pagar una mayor parte de los impuestos, pero el sistema también debe considerar la capacidad de pago.
* Transparencia y responsabilidad: Las reglas fiscales deben ser claras y entendidas, y el gobierno debe ser responsable de cómo se utilizan los ingresos fiscales.
Simplicidad
* Facilidad de cumplimiento: Los contribuyentes deben poder comprender y cumplir con las reglas fácilmente.
* Complejidad mínima: El sistema debe ser sencillo y evitar la complejidad innecesaria.
* previsibilidad: Las reglas fiscales deben ser estables y predecibles para permitir que las personas y las empresas planifiquen el futuro.
Otras consideraciones importantes para un buen sistema fiscal:
* Sostenibilidad: El sistema debería poder generar ingresos suficientes para satisfacer las necesidades gubernamentales actuales y futuras.
* Flexibilidad: El sistema debe ser adaptable a los cambios en las condiciones económicas y las prioridades del gobierno.
* Objetivos sociales: Las políticas fiscales se pueden utilizar para lograr objetivos sociales como promover la educación, la salud o la protección del medio ambiente.
Es importante tener en cuenta que no hay sistema fiscal es perfecto. Siempre habrá compensaciones entre diferentes objetivos, y lo que constituye un "buen" sistema tributario variará según el contexto específico.
En última instancia, un buen sistema fiscal es uno que es justo, eficiente y simple , y eso contribuye al bienestar general de la sociedad.