En un ataque DDoS, múltiples sistemas comprometidos (a menudo llamados botnet) inundan un sistema de TIC objetivo con tráfico, abruman sus recursos y lo que no está disponible para los usuarios legítimos. Este ataque se origina desde fuera de la red de la organización, por lo que es una amenaza externa. El atacante no necesita penetrar directamente en la seguridad del sistema; Solo necesitan generar suficiente tráfico para interrumpir el servicio.