1. Alta capacidad/rendimiento: El interruptor central es la columna vertebral de la red, que maneja cantidades masivas de tráfico. Necesita una capacidad de conmutación muy alta (medida en GBP o TBP) y baja latencia para evitar cuellos de botella. Esto garantiza que los datos fluyan sin problemas y rápidamente en toda la red.
2. Redundancia y alta disponibilidad: Los interruptores de núcleo son críticos; Si fallan, toda la red puede disminuir. Las características como las fuentes de alimentación redundantes, los componentes ajustables en caliente y el soporte para apilar o agrupar múltiples interruptores para proporcionar capacidades de conmutación por error son esenciales para garantizar una alta disponibilidad y minimizar el tiempo de inactividad.
3. Calidad de servicio avanzada (QoS): El interruptor central debe administrar diversos tipos de tráfico (voz, video, datos) de manera efectiva. Las características de QoS robustas, como los mecanismos de priorización (como COS y Diffserv) son cruciales para garantizar que las aplicaciones sensibles al tiempo reciban un tratamiento preferencial y mantengan el rendimiento incluso bajo una carga pesada. Esto evita la congestión y garantiza una buena experiencia de usuario.