* escalabilidad: En redes grandes, la configuración manual de rutas estáticas para cada dispositivo y conexión no es práctica y es propensa a errores. Los protocolos de enrutamiento dinámico aprenden y se adaptan automáticamente a los cambios en la topología de la red, agregando o eliminando las rutas según sea necesario. Esto hace que la gestión de la red sea mucho más simple, especialmente en redes grandes o cambiantes con frecuencia.
* Adaptabilidad: Si falla un enlace o se agrega un nuevo dispositivo, los protocolos de enrutamiento dinámico recalculan automáticamente las mejores rutas, asegurando la conectividad de red continua. Esta capacidad de autocuración es crucial para la confiabilidad de la red y el tiempo de actividad. Las rutas estáticas requieren intervención manual cada vez que ocurre un cambio.
* Reducción de la sobrecarga administrativa: La naturaleza automatizada del enrutamiento dinámico reduce significativamente la carga administrativa asociada con la gestión de la red. Los administradores de la red no necesitan configurar y actualizar manualmente las rutas constantemente. Esto libera tiempo para otras tareas.
* Balancio de carga: Algunos protocolos de enrutamiento dinámico admiten el equilibrio de carga en múltiples rutas, distribuyendo el tráfico de red de manera eficiente y evitando la congestión en cualquier ruta única. Esto mejora el rendimiento general de la red y la resiliencia.
* Soporte para la redundancia: El enrutamiento dinámico permite la creación de rutas redundantes, proporcionando rutas de respaldo en caso de fallas de enlace o dispositivo. Esto garantiza la disponibilidad de la red incluso en caso de interrupciones.
* Descubrimiento de nuevas redes: Los protocolos de enrutamiento dinámico descubren automáticamente nuevas redes y las incorporan a la tabla de enrutamiento, mientras que el enrutamiento estático requiere una configuración manual para cada nueva red.
En resumen, el enrutamiento dinámico proporciona una solución robusta, escalable y adaptable para administrar redes complejas, reduciendo significativamente la sobrecarga administrativa y la mejora de la confiabilidad y el rendimiento de la red en comparación con el enrutamiento estático. La compensación es una mayor complejidad en los propios protocolos de enrutamiento, pero los beneficios a menudo superan esto para cualquier cosa más allá de una red muy pequeña y simple.