1. Encapsulación/Decapsulación: Esto implica agregar información de encabezado y, a veces, el trailer en cada capa (encapsulación) a medida que los datos se mueven por la pila. El reverso ocurre a medida que los datos suben por la pila (decapsulación), con cada capa quitando su encabezado/remolque. Esta estratificación permite que cada capa funcione de forma independiente, agregando su propia información relevante para su función.
2. Dirección/enrutamiento: Cada capa a menudo tiene su propio esquema de direccionamiento. Por ejemplo, la capa de red (por ejemplo, capa IP) utiliza direcciones IP para enrutar paquetes entre redes. La capa de enlace de datos (por ejemplo, Ethernet) utiliza direcciones MAC para la comunicación de red de área local. Este proceso implica determinar la ruta que los datos llevan de origen a destino.
3. segmentación/reensamblaje: Es posible que las unidades de datos grandes se designen en segmentos más pequeños en una capa (como la capa de transporte) para una transmisión eficiente y luego volver a ensamblar en el extremo receptor. Esto es crucial para manejar las diferentes condiciones de la red y los tamaños máximos de la unidad de transmisión (MTU).
4. Detección/corrección de errores: Cada capa puede implementar mecanismos para detectar y corregir errores potencialmente que podrían ocurrir durante la transmisión. Esto podría implicar suma de verificación, bits de paridad o códigos de corrección de errores más sofisticados. Si se detectan errores, la capa puede solicitar retransmisión o implementar otras estrategias de recuperación.
Es importante tener en cuenta que no todas las capas realizan las cuatro funciones por igual. Algunas funciones son más prominentes en ciertas capas que otras. Por ejemplo, el enrutamiento es principalmente una función de capa de red, mientras que la segmentación está más asociada con la capa de transporte. Sin embargo, estos cuatro procesos representan las funcionalidades centrales encontradas en las capas de una arquitectura de red.