* Riesgo de seguridad: Compartir su contraseña le da a esa persona el acceso completo a su cuenta, lo que puede permitirle robar información, hacer compras, hacerse pasar por su reputación.
* Falta de control: Una vez que alguien más tiene su contraseña, no puede estar seguro de que no la compartirán con los demás ni la usará mal.
* Incumplimiento de la confianza: Incluso si confía por completo con la persona, su dispositivo podría verse comprometido, poniendo en riesgo su cuenta.
* Violación de los términos: La mayoría de los servicios y plataformas en línea prohíben explícitamente el intercambio de contraseñas en sus términos de servicio.
* Existen alternativas: Si alguien necesita acceso a su cuenta, explore métodos alternativos, como compartir archivos o documentos específicos, otorgar permisos temporales o usar herramientas de colaboración.
Excepciones:
* En situaciones muy específicas, como un entorno de TI corporativo, su empleador le instruya a compartir su contraseña con un administrador del sistema. Sin embargo, esto debe verificarse por las políticas de seguridad de su organización y realizar solo después de confirmar la identidad del administrador.
Qué hacer en lugar de compartir su contraseña:
* Use contraseñas fuertes y únicas: Cree contraseñas complejas que sean difíciles de adivinar y evite usar la misma contraseña para múltiples cuentas.
* Habilite la autenticación de dos factores: Agregue una capa adicional de seguridad requeriendo un código de su teléfono u otro dispositivo además de su contraseña.
* Use un administrador de contraseñas: Use un administrador de contraseñas de buena reputación para generar, almacenar y administrar sus contraseñas de forma segura.
* Concedir acceso temporal: Si alguien necesita acceso a un documento o servicio específico, otorgándoles acceso temporal o comparta el artículo específico en lugar de toda su cuenta.
En resumen, mantener su contraseña en privado es crucial para proteger su seguridad y privacidad en línea.