* Los archivos adjuntos pueden transportar código malicioso: Los ciberdelincuentes a menudo incrustan el código malicioso dentro de los tipos de archivos aparentemente inofensivos como documentos (Word, Excel, PDF), imágenes (JPEG, PNG), Archivos (ZIP, RAR) e incluso archivos ejecutables (EXE, COM).
* Explotando vulnerabilidades: El código malicioso dentro de un archivo adjunto puede explotar las vulnerabilidades en su software (sistema operativo, cliente de correo electrónico, espectadores de documentos, etc.). Si existe una vulnerabilidad, simplemente abrir el archivo puede activar la ejecución del código malicioso, lo que lleva a la infección.
* Ingeniería social: Los atacantes usan tácticas de ingeniería social para engañarte para que apertue los archivos adjuntos. Podrían crear correos electrónicos que parecen ser de fuentes legítimas (bancos, colegas, servicios de entrega) con líneas de asunto atractivas o alarmantes para atraerlo para abrir el archivo adjunto sin pensar.
* Virus macro: Documentos como archivos de Word y Excel pueden contener macros (pequeños programas diseñados para automatizar tareas). Las macros maliciosas se pueden integrar en estos archivos y, si están habilitados, pueden ejecutar comandos dañinos en su computadora.
* Expotes de día cero: A veces, los atacantes usan exploits de día cero, que se dirigen a las vulnerabilidades que son desconocidas para los proveedores de software y para los cuales aún no hay parches disponibles. Esto los hace particularmente peligrosos porque el software antivirus podría no detectarlos de inmediato.
Si bien los clientes de correo electrónico modernos y el software antivirus ofrecen cierta protección, no son infalibles. Es crucial ejercer precaución cuando se trata de archivos adjuntos de correo electrónico, especialmente de fuentes desconocidas o no confiables.