Sin embargo, las * afirmaciones * sobre un virus pueden ser un engaño. Esto puede manifestarse de varias maneras:
* afirmaciones falsas sobre la existencia del virus: Alguien podría reclamar falsamente un nuevo virus que está causando un brote cuando no existe tal virus. Esto a menudo involucra resultados de laboratorio fabricados, imágenes manipuladas o síntomas completamente inventados.
* afirmaciones exageradas sobre la gravedad o la letalidad del virus: Puede existir un virus real, pero las afirmaciones sobre su tasa de mortalidad, contagia o efectos a largo plazo podrían inflarse significativamente para causar pánico o lograr una agenda específica.
* Falso afirmaciones sobre el origen o la transmisión del virus: La fuente de un virus o cómo se propaga puede tergiversarse, a menudo culpar a un grupo o país en particular.
* engaños sobre curas o tratamientos: Las afirmaciones falsas sobre tratamientos ineficaces o peligrosos para un virus real pueden ser extremadamente dañinos. Esto incluye promover remedios no probados y desalentar a las personas de buscar atención médica legítima.
* engaña sobre el impacto del virus: El impacto general de un virus en una población puede tergiversarse, por ejemplo, exagerando el número de muertes o casos.
En resumen, el virus en sí no es un engaño, pero la información * que rodea * el virus (su existencia, gravedad, orígenes, tratamientos o impacto) puede ser objeto de información errónea y engañosa deliberadas.