* naturalidad e imprevisibilidad: El diálogo auténtico no sigue un guión perfectamente estructurado. Es desordenado, con interrupciones, falsos comienzos, oraciones incompletas y tangentes. Los oradores pueden seguir, cambiar sus mentes a la mitad de la oración o contradecirse a sí mismos.
* Realismo en el lenguaje: El lenguaje utilizado refleja los antecedentes, los niveles de educación y las relaciones de los hablantes. Incluye argot, coloquialismos, acentos regionales (cuando es apropiado) e imperfecciones gramaticales que son comunes en el habla cotidiana. Evita el lenguaje demasiado formal o artificial.
* subtexto e implicación: Gran parte de lo que se comunica no se dice explícitamente. El significado se transmite a través del tono de voz, el lenguaje corporal (que es más difícil de capturar por escrito), pausas y declaraciones indirectas. El lector o el oyente deben inferir el significado de las señales tácitas.
* dirigido por personajes: El diálogo debe reflejar las personalidades y relaciones individuales de los hablantes. Cada personaje debe tener un estilo distintivo de voz y comunicación. La forma en que hablan revela sus pensamientos, sentimientos y motivaciones.
* Propósito y función: El diálogo tiene un propósito dentro del contexto más amplio, ya sea para avanzar la trama, revelar el carácter, construir relaciones o crear tensión. No es solo relleno.
* Evitar el diálogo "en la nariz": Esto se refiere al diálogo que establece explícitamente lo que el personaje ya está pensando o sintiendo. El diálogo auténtico implica significado en lugar de declararlo claramente.
En resumen, el diálogo auténtico tiene como objetivo crear una interacción creíble y atractiva que se siente como escuchar una conversación real. Se trata menos de oraciones perfectamente elaboradas y más de capturar los matices y complejidades de la comunicación humana.