1. Adquisición y procesamiento de datos: Los PLC pueden recopilar datos de varios sensores, como sensores de temperatura, sensores de presión y medidores de flujo. Luego pueden procesar estos datos para tomar decisiones, monitorear las tendencias y proporcionar comentarios. Por ejemplo, un PLC podría monitorear la temperatura de un proceso y ajustar una válvula para mantener una temperatura deseada.
2. Control de movimiento: Los PLC pueden controlar el movimiento de motores y actuadores, permitiéndoles automatizar tareas como brazos robóticos, cintas transportadoras y máquinas herramientas. Pueden controlar la velocidad, la posición y la dirección del movimiento, asegurando un funcionamiento preciso y eficiente.
3. Comunicación: Los PLC pueden comunicarse con otros dispositivos, incluidos otros PLC, computadoras e interfaces de máquina humana (HMI). Esto les permite intercambiar datos, recibir comandos y enviar actualizaciones de estado, habilitar la integración compleja del sistema y el monitoreo remoto.
4. Control de secuencia: Los PLC pueden ejecutar secuencias complejas de instrucciones basadas en la lógica y el tiempo. Esto les permite automatizar procesos complejos que involucran múltiples pasos, como llenar un contenedor, empacar un producto o realizar una inspección de calidad.
Además de estos, los PLC también son capaces de:
* Cálculos matemáticos avanzados
* Registro y almacenamiento de datos
* Gestión e informes de alarma
* Interlocks de seguridad y detección de fallas
* Optimización y control de procesos
Estas capacidades hacen que los PLC sean altamente versátiles y valiosos para una amplia gama de aplicaciones en automatización industrial, fabricación y control de procesos.