* Más núcleos: Las CPU complejas a menudo tienen muchos núcleos (por ejemplo, 8, 16 o incluso más), lo que permite el procesamiento paralelo de múltiples tareas simultáneamente. Las CPU más simples pueden tener solo uno o dos núcleos.
* caché más grande: Por lo general, poseen memoria de caché significativamente más grande (cachés L1, L2, L3). Los cachés más grandes significan un acceso más rápido a los datos de uso frecuente, mejorando el rendimiento. Las CPU más simples tienen mecanismos de almacenamiento de almacenamiento más pequeños y menos sofisticados.
* Conjuntos de instrucciones avanzadas: Las CPU complejas admiten una gama más amplia de instrucciones, lo que permite una ejecución más eficiente de tareas complejas. Las CPU más simples pueden tener un conjunto de instrucciones más limitado.
* velocidades de reloj más altas (aunque no siempre): Si bien la velocidad del reloj no es el único indicador de complejidad, las CPU complejas a menudo tienen velocidades de reloj más altas, lo que permite más instrucciones por segundo. Sin embargo, la arquitectura moderna se centra más en el diseño de núcleo eficiente y el procesamiento paralelo que la velocidad del reloj.
* Unidades de procesamiento de gráficos integrados (GPU): Muchas CPU complejas, especialmente aquellas diseñadas para computadoras de escritorio y computadoras portátiles, integran potentes GPU directamente en el dado. Esto mejora las capacidades de procesamiento de gráficos y reduce la necesidad de una tarjeta gráfica separada.
* Administración avanzada de energía: Las CPU complejas a menudo incorporan características sofisticadas de gestión de energía para equilibrar el rendimiento y el consumo de energía. Las CPU más simples pueden tener mecanismos de ahorro de energía menos refinados.
* HyperThreading o SMT (simultáneo multithreading): Esta tecnología permite que un solo núcleo procese múltiples hilos simultáneamente, aumentando la eficiencia. Esta es una característica común en las CPU complejas.
* Tamaño más grande de die: El tamaño físico de la matriz de silicio de una CPU compleja es generalmente mayor debido a la mayor cantidad de transistores y componentes.
En resumen, una CPU compleja se caracteriza por su capacidad para manejar tareas más complejas y exigentes de manera más eficiente que una CPU más simple, a menudo a través del procesamiento paralelo, cachés más grandes y conjuntos de instrucciones más avanzados. La distinción es relativa; Lo que se consideró una "CPU compleja" hace una década podría considerarse relativamente simple hoy debido a los avances continuos en la tecnología de la CPU.