* Actualizaciones de software y parches: Este es posiblemente el aspecto más importante. Aplicar regularmente parches de seguridad del proveedor del sistema operativo cierra vulnerabilidades conocidas que los atacantes podrían explotar. Esto incluye actualizaciones al sistema operativo en sí, así como aplicaciones y controladores.
* Principio de menor privilegio: Ejecución de servicios y aplicaciones con solo los permisos mínimos necesarios. Si un programa se ve comprometido, el daño que puede hacer es limitado porque carece de acceso amplio.
* Gestión de la cuenta de usuario: Crear contraseñas fuertes y únicas, deshabilitar las cuentas innecesarias de los usuarios y el uso de la autenticación multifactor (MFA) reduce significativamente el riesgo de acceso no autorizado. El empleo del principio de menor privilegio también se aplica aquí, los usuarios solo deben tener acceso a los recursos que necesitan para su trabajo.
* Configuración de firewall: Un firewall de firewall configurado correctamente el tráfico de red entrante y saliente, bloqueando los intentos de acceso no autorizados. Esto incluye tanto el firewall OS como los firewalls potencialmente de hardware.
* Sistemas de detección/prevención de intrusos (IDS/IPS): Estos sistemas monitorean el tráfico de la red y la actividad del sistema para el comportamiento malicioso, alertando a los administradores de posibles amenazas y bloqueando automáticamente los ataques en el caso de un IPS.
* Software antivirus y antimalware: Estas herramientas escanean y eliminan software malicioso, ayudando a prevenir infecciones.
* copias de seguridad regulares: Si bien no endurece directamente el sistema operativo, tener copias de seguridad regulares permite una fácil recuperación en caso de un ataque exitoso o falla del sistema, minimizando el tiempo de inactividad y la pérdida de datos.
* Desactivar servicios innecesarios: Desactivar los servicios que no se necesitan reduce la superficie del ataque, ya que menos programas se ejecutan y se están vulnerables a la explotación.
* Auditorías y evaluaciones de seguridad regulares: Realizar evaluaciones de seguridad regulares, escaneos de vulnerabilidad y pruebas de penetración ayuda a identificar debilidades y vulnerabilidades antes de que los atacantes puedan explotarlas.
* Validación de entrada: Asegurar que los datos ingresados en el sistema se validen para evitar ataques de inyección (como inyección SQL o secuencias de comandos de sitios cruzados). Esto a menudo se relaciona con la seguridad de la aplicación en lugar de solo el endurecimiento del sistema operativo, pero es crucial.
* Políticas de restricción de software: Restringir qué software se puede ejecutar en el sistema a aplicaciones aprobadas.
* Cifrado de datos: Cifrar datos confidenciales tanto en reposo (en el almacenamiento) como en tránsito (a través de redes) lo protege del acceso no autorizado, incluso si el sistema está comprometido.
El endurecimiento es un proceso continuo, no un evento único. Una combinación de estas técnicas es necesaria para el endurecimiento efectivo del sistema operativo.