* Mayor consumo de energía: Esta es la ventaja más crucial. Los transistores de CMOS dibujan corriente insignificante cuando están inactivos (en contraste con los transistores bipolares que siempre tienen algo de corriente de fuga). Esto se traduce en un consumo de energía significativamente más bajo, lo que hace que CMOS sea ideal para dispositivos y aplicaciones portátiles donde el ahorro de energía es primordial.
* Densidad de integración más alta: La tecnología CMOS permite transistores más pequeños y, por lo tanto, una mayor densidad de transistores en un chip. Esto significa que se puede empacar más memoria en un área más pequeña, lo que lleva a módulos de memoria más pequeños y más baratos.
* Velocidad más alta (en implementaciones modernas): Mientras que los CMO tempranos fueron más lentos que bipolar, los avances han llevado a tecnologías CMOS que exceden la velocidad bipolar para la mayoría de las aplicaciones de memoria. Esto se debe a la escala continua del tamaño del transistor y las técnicas de fabricación mejoradas.
* Costo más bajo: La mayor densidad de integración y un menor consumo de energía contribuyen a los menores costos de fabricación, lo que hace que la memoria CMOS sea más asequible.
* Inmunidad de ruido mejorada: Los circuitos CMOS generalmente exhiben una mejor inmunidad de ruido en comparación con los circuitos bipolares.
* Lifespan más larga: Los circuitos CMOS tienen una vida útil significativamente más larga debido a un menor consumo de energía y menos generación de calor.
Si bien la memoria bipolar ofreció algunas ventajas en la velocidad en las generaciones anteriores, estas ventajas se han eclipsado en gran medida por los avances en la tecnología CMOS. En consecuencia, CMOS se ha convertido en la tecnología dominante para prácticamente todo tipo de memoria en la actualidad.