He aquí por qué:
* Compatibilidad de socket: Las CPU y las placas base tienen tipos de enchufes específicos (el conector físico) que deben coincidir. Diferentes fabricantes de CPU (como Intel y AMD) tienen sus propios diseños de socket, e incluso dentro de un fabricante, hay diferentes enchufes para diferentes generaciones de CPU.
* Compatibilidad del chipset: El chipset de la placa base determina las características y capacidades que admite, incluidos los tipos de CPU que puede manejar. Un chipset diseñado para una generación específica de CPU no funcionará con una CPU de generación más nueva, incluso si el enchufe es compatible.
* Consumo de energía: El sistema de entrega de energía de una placa base debe poder manejar los requisitos de energía de la CPU. Una CPU de alto rendimiento puede necesitar una unidad de fuente de alimentación más potente (PSU) y una placa base con una VRM más robusta (módulo regulador de voltaje) que una CPU de menor potencia.
* Tamaño físico: Las CPU vienen en diferentes tamaños. Si bien el tipo de zócalo determina el ajuste general, algunas CPU pueden ser físicamente demasiado grandes o demasiado pequeñas para un diseño de placa base determinado.
Ejemplo:
Una placa base con un zócalo AM4 solo puede aceptar CPU AMD Ryzen que usan el enchufe AM4. No puede aceptar Intel CPU, que usan diferentes enchufes como LGA1200 o LGA1700.
Antes de comprar una CPU, asegúrese de que sea compatible con su placa base revisando lo siguiente:
* Tipo de socket: Verifique que tanto la CPU como la placa base usen el mismo enchufe.
* Compatibilidad del chipset: Asegúrese de que el chipset de la placa base admite la generación de CPU elegida.
* Requisitos de potencia: Asegúrese de que su PSU y placa base puedan manejar el consumo de energía de la CPU.
Siempre consulte las especificaciones del fabricante tanto para la CPU como para la placa base para garantizar la compatibilidad.