* Aumento de la pantalla inmobiliaria: Un segundo monitor le permite extender su trabajo, reduciendo la necesidad de desplazar o cambiar el tamaño constante de las ventanas. Esto minimiza el movimiento ocular y la tensión de enfoque.
* Organización mejorada: Puede dedicar una pantalla a tareas específicas (por ejemplo, correo electrónico en una, edición de documentos en el otro), reduciendo la carga mental y minimizando la necesidad de cambiar de aplicaciones y reenfocar sus ojos.
* Mejor postura: Con una configuración de doble monitor, puede sentarse naturalmente más atrás de la pantalla, reduciendo la necesidad de esforzarse para ver los detalles, reduciendo la fatiga visual general. Un ajuste adecuado de la altura del monitor también es crucial para reducir la tensión del cuello que puede contribuir a la fatiga visual.
En resumen, no es el * acto * de unir un monitor que reduce la fatiga visual, sino las mejoras resultantes en su entorno de trabajo y los hábitos que lo hacen. Si la configuración está mal organizada o se usa de manera ineficiente, puede no ayudar, o incluso empeorar el problema.