No se recomienda compartir un sistema operativo entre computadoras, ya que puede generar conflictos entre los componentes de hardware y software de ambas máquinas. Normalmente, diferentes computadoras tienen diferentes configuraciones de hardware y requisitos de controladores, por lo que compartir un sistema operativo entre ellas puede causar problemas de compatibilidad. Además, compartir un sistema operativo puede representar un riesgo de seguridad, ya que permite que una computadora acceda y potencialmente comprometa los datos y archivos de la otra computadora.