* logra su objetivo: ¿Informa, entretiene, persuade, educa o capacita a la audiencia según lo previsto? El objetivo del producto debe estar claramente definido y medible.
* Experiencia atractiva y agradable: ¿Lleva la atención del usuario? ¿Es fácil navegar y entender? ¿Proporciona una experiencia de usuario satisfactoria? Esto a menudo involucra aspectos como un buen diseño, interfaces intuitivas y contenido relevante.
* Comunicación clara y concisa: ¿Comuniza su mensaje de manera efectiva y eficiente? Evite la sobrecarga de información y utiliza medios apropiados para transmitir diferentes aspectos del mensaje.
* Producción de alta calidad: ¿El audio y el video están claros y bien producidos? ¿Las imágenes son atractivas y profesionales? La mala calidad puede restar valor a la efectividad.
* Accesibilidad: ¿El producto es utilizable por personas con discapacidad? Esto incluye consideraciones como subtítulos, transcripciones, texto alternativo para imágenes y navegación de teclado.
* Apropiado para el público objetivo: ¿El contenido, el estilo y el tono resuenan con los usuarios previstos? Un producto diseñado para niños diferirá significativamente de uno dirigido a profesionales.
* Uso efectivo de multimedia: ¿El producto combina estratégicamente diferentes tipos de medios para mejorar el mensaje? El uso de multimedia simplemente por el bien no es efectivo; Cada elemento debe tener un propósito.
* Funcionalidad técnica: ¿El producto funciona de manera confiable en diferentes dispositivos y plataformas? Los problemas técnicos pueden afectar severamente la experiencia del usuario.
En resumen, un producto multimedia efectivo es más que una colección de diferentes medios; Es una pieza de comunicación cuidadosamente diseñada y bien ejecutada que aprovecha las fortalezas de cada medio para crear un impacto potente y memorable en el usuario.