* Complejidad tecnológica: Integrar diferentes componentes de hardware y software, tratar con diversos formatos de datos y garantizar la interoperabilidad entre los sistemas.
* Complejidad del proceso: Modelado y automatización de procesos comerciales complejos, manejo de excepciones y variaciones, y garantizar que el sistema se alinee con los flujos de trabajo organizacionales.
* Complejidad de datos: Administrar grandes volúmenes de datos de diversas fuentes, garantizar la calidad y consistencia de los datos, y proteger datos confidenciales.
* Complejidad humana: Comprender las necesidades y expectativas del usuario, diseñar interfaces fáciles de usar, proporcionar capacitación y soporte adecuados y administrar la adopción del usuario.
* Complejidad organizacional: Alinear el desarrollo del sistema con objetivos comerciales estratégicos, coordinar los esfuerzos en diferentes departamentos y partes interesadas, y adaptarse a las necesidades de la organización cambiante.
Si bien existen otros desafíos (por ejemplo, limitaciones presupuestarias, amenazas de seguridad, falta de recursos calificados), gestionar la complejidad inherente de los sistemas de información modernos es posiblemente el obstáculo más generalizado y significativo para la implementación exitosa y la operación continua.