Los argumentos a veces hechos contra la producción musical basada en computadora incluyen:
* excesiva en presets y plantillas: Muchos software y complementos fácilmente disponibles ofrecen sonidos y arreglos prefabricados. El uso excesivo puede llevar a la música que carece de originalidad y sonando genérico. Esto no es una culpa de la computadora en sí, sino más bien un mal uso de sus capacidades.
* Barrera de accesibilidad de entrada: Mientras que DAWS (estaciones de trabajo de audio digital) ha bajado la barrera de entrada para la creación de música, la curva de aprendizaje aún puede ser empinada. Esto puede conducir a música mal producida, o músicos que se sienten frustrados y abandonan el proceso.
* potencial para un sonido estéril: Algunos argumentan que la música creada total o en gran medida en el procesamiento digital carece de la calidez, los matices y las imperfecciones que se encuentran en los instrumentos acústicos y las técnicas de grabación analógica. Sin embargo, los productores calificados pueden usar herramientas digitales para emular o mejorar estas cualidades.
* Falta de interacción física: Algunos músicos prefieren la experiencia táctil de tocar instrumentos físicos y los comentarios inmediatos que brindan. Si bien los controladores MIDI proporcionan alguna interacción física, no es lo mismo que tocar un instrumento real.
* Problemas de autorización de derechos de autor y de muestra: El uso de muestras o bucles sin el permiso adecuado puede conducir a problemas legales. Si bien esto no es exclusivo de la música de computadora, la facilidad de acceder y manipular muestras aumenta el riesgo.
Es crucial recordar que las computadoras son simplemente herramientas. Muchos músicos increíblemente creativos e innovadores usan computadoras para hacer música innovadora y emocionalmente resonante. La calidad de la música depende mucho más de la habilidad, la creatividad y la visión artística del músico que de si usan una computadora o no.