* Descastador de disco: Esto es útil para unidades de disco duro (HDD). Los HDDS almacenan archivos en fragmentos dispersos por el disco. La desfragmentación reorganiza estos fragmentos, lo que hace que sea más rápido para que la cabeza de lectura/escritura acceda a ellos. Los SSD no se benefician de la desfragmentación e incluso puede acortar su vida útil.
* Limpieza de disco: Esta utilidad elimina archivos temporales, archivos del sistema y otros datos innecesarios que pueden desordenar la unidad y reducir el rendimiento. Esto es beneficioso tanto para HDD como para SSD.
* Herramientas de optimización de disco de terceros: Varios programas comerciales (por ejemplo, Auslogics Disk DeFrag, Iobit Smart DeGrag) ofrecen características más avanzadas que los desfragmentadores incorporados, incluida la capacidad de programar tareas de optimización y potencialmente mejorar el rendimiento. Tenga cuidado y elija un software de buena reputación.
* Herramientas de gestión de almacenamiento (para SSD): Los SSD se benefician de diferentes técnicas de optimización que los HDD. Algunas utilidades, a menudo incluidas con el software de los fabricantes de SSD, administran la recolección de basura y la nivelación del desgaste, prolongando la vida útil y el mantenimiento del rendimiento.
* Herramientas de verificación de errores (como Chkdsk o FSCK): Estos pueden detectar y reparar errores en el sistema de archivos, lo que podría estar contribuyendo al rendimiento lento del disco. Ejecutarlos ocasionalmente es una buena medida preventiva.
Antes de usar cualquiera de estos, es crucial identificar la fuente de la lentitud . ¿Es un disco completo? ¿Hay muchos archivos fragmentados (solo HDD)? ¿El disco está fallando? Abordar la causa raíz será mucho más efectiva que simplemente ejecutar utilidades a ciegas. El uso del administrador de tareas o el monitor de recursos también puede ayudar a determinar qué está utilizando los recursos del disco, posiblemente indicando la fuente del problema.