* Privilegio abogado-cliente: Esto protege las comunicaciones confidenciales entre un cliente y su abogado hecho con el fin de buscar asesoramiento legal. Este es quizás el privilegio más conocido y con frecuencia invocado.
* Privilegio médico-paciente: Protege las comunicaciones confidenciales entre un paciente y su médico, destinados a fines de diagnóstico y tratamiento médico. Los detalles de este privilegio varían según la jurisdicción.
* Privilegio conyugal: Protege las comunicaciones confidenciales entre los cónyuges. Nuevamente, los detalles varían según la jurisdicción y el tipo de comunicación.
* privilegio de clérigo-penitente: Protege las comunicaciones confidenciales entre un miembro del clero y un penitente.
* Privilegio de producto de trabajo (o "materiales de preparación de prueba"): Protege materiales preparados por un abogado en anticipación de litigios. Esto es más amplio que el privilegio abogado-cliente y cubre documentos y otros materiales que reflejan las impresiones mentales, las conclusiones, las opiniones y las teorías legales del abogado.
Los elementos clave que generalmente deben estar presentes para que un documento sea considerado privilegiado son:
* Confidencialidad: La comunicación debe haber sido confidencial.
* Relación profesional: La comunicación debe ser entre las personas en una relación privilegiada reconocida (por ejemplo, abogado-cliente, médico-paciente).
* Propósito de buscar consejos/tratamiento: La comunicación debe haberse realizado con el fin de buscar asesoramiento legal o tratamiento médico (u otro servicio profesional relevante).
Es importante tener en cuenta que los privilegios no son absolutos. Hay excepciones a estos privilegios, y los tribunales pueden ordenar la divulgación de documentos privilegiados bajo ciertas circunstancias, como cuando la información es crucial para el caso y no hay otra forma de obtenerla. Las reglas que rigen el privilegio son complejas y varían según la jurisdicción.