* Conflictos de recursos: Dos programas antivirus escanearán archivos, monitorearán los procesos y usarán recursos del sistema. Esto lleva a problemas de rendimiento como desacelaciones, inestabilidad del sistema y un mayor uso de CPU y memoria. Incluso pueden intentar escanear los mismos archivos simultáneamente, causando conflictos y errores.
* Conflictos de software: Los programas antivirus pueden interferir con las funcionalidades del otro. Uno podría bloquear las actualizaciones del otro, lo que lleva a vulnerabilidades. También pueden entrar en conflicto con el acceso a archivos o procesos específicos del sistema, lo que lleva a bloqueos o errores.
* falsos positivos: Cada programa antivirus tiene su propio motor de detección y definiciones. Uno podría marcar un archivo como malicioso, mientras que el otro no lo hace, lo que lleva a falsos positivos y en cuarentena innecesaria de archivos legítimos. Esto puede interrumpir su flujo de trabajo y causar frustración.
En resumen: Solo un programa antivirus debe estar activo en un sistema de Windows a la vez. Si instala un antivirus de terceros como Norton, McAfee, Bitdefender, etc., Windows Security generalmente deshabilitará automáticamente su protección en tiempo real para evitar conflictos. Dejar ambos habilitados está fuertemente desanimado.