He aquí por qué:
* Más recursos: El instalador gráfico requiere más recursos del sistema (RAM, CPU) para representar la interfaz, manejar eventos y administrar la pantalla. Un instalador basado en texto es mucho más ligero.
* Más por encima: El instalador gráfico tiene más código y procesos en ejecución, lo que lleva a tiempos de carga más generales y potencialmente más largos para diferentes partes del proceso de instalación.
* menos eficiente: La interfaz gráfica agrega capas de abstracción que pueden ralentizar las tareas de instalación del núcleo.
* Dependencia de la red: Los instaladores gráficos a menudo incluyen repositorios en línea para descargar paquetes adicionales, lo que puede aumentar el tiempo de instalación según su conexión a Internet. Si bien las instalaciones basadas en texto también pueden usar repositorios en línea, a menudo se configuran para priorizar los recursos fuera de línea inicialmente.
La diferencia en la velocidad puede no ser drástica en los sistemas con amplios recursos, pero en el hardware anterior o de menor potencia, la diferencia puede ser notable. Un instalador basado en texto generalmente se prefiere para estos sistemas precisamente debido a su velocidad y eficiencia.