1. Conservación de direcciones: Los rangos de direcciones IP privadas no son enrutables en la Internet público. Esto significa que un administrador de red puede reutilizar las mismas direcciones IP privadas en muchas redes internas diferentes, o incluso varias veces dentro de una sola red, sin conflicto. No necesitan obtener y administrar un gran grupo de direcciones IP únicas y públicas de su ISP. Esto es crucial porque las direcciones públicas de IPv4 son un recurso limitado.
2. Gestión de direcciones simplificada: La complejidad de asignar y administrar direcciones IP públicas individuales a cada dispositivo en una red se reduce significativamente. El Administrador de red solo necesita administrar el número relativamente pequeño de direcciones IP públicas que enfrentan Internet, en lugar de una para cada dispositivo interno.
3. Aumento de la movilidad: Con NAT, los dispositivos pueden conectarse a una red privada y recibir una dirección IP privada sin necesidad de una dirección IP pública preconfigurada o asignada permanentemente. Esto simplifica la movilidad y permite la conectividad plug-and-play. Los dispositivos pueden deambular entre diferentes redes y recibir una dirección privada sin conflictos de dirección.
4. Seguridad: Si bien no es el propósito principal, ocultar direcciones IP internas detrás de NAT proporciona un grado de seguridad al hacer que los dispositivos internos sean menos directamente visibles desde Internet. Esto hace que sea más difícil para los actores externos dirigirse directamente a dispositivos específicos dentro de la red.
En esencia, NAT actúa como traductor, mapeando direcciones IP privadas utilizadas internamente para un número menor de direcciones IP públicas utilizadas para la comunicación externa. Este desacoplamiento reduce significativamente las restricciones en la asignación interna de direcciones IP, proporcionando al administrador de la red una mayor flexibilidad y facilidad de gestión.