* canales superpuestos: La banda de 2.4 GHz tiene solo un número limitado de canales no superpuestos (típicamente 3 en muchas regiones). Si ambos enrutadores están configurados en los mismos canales o superpositivos, sus señales chocarán, lo que resultará en interferencia. Esto conduce a velocidades más lentas, conexiones caídas y una mayor latencia para ambas redes.
* intensidad de la señal: Incluso si en diferentes canales, si los enrutadores están lo suficientemente cerca, la señal fuerte de un enrutador aún puede crear interferencia para el otro, especialmente si un enrutador tiene una potencia de transmisión más alta.
* estándares inalámbricos: Si bien el estándar "N" es relativamente robusto, todavía es susceptible a la interferencia en entornos congestionados de 2.4 GHz. La banda de 2.4 GHz es compartida por muchos dispositivos (microondas, teléfonos inalámbricos, Bluetooth) que se suma al potencial de interferencia, exacerbando el problema causado por los enrutadores cercanos.
Para mitigar la interferencia:
* Elija diferentes canales: Use un analizador inalámbrico (aplicación o software) para encontrar los canales menos congestionados en su área y asigne cada enrutador a un canal diferente y no superpuesto.
* Aumente la separación: Separar físicamente los enrutadores tanto como sea posible reducirá la interferencia.
* Cambie los canales y la configuración del enrutador: Experimente con diferentes anchos de canal (20MHz frente a 40MHz) y otras configuraciones en sus enrutadores para optimizar el rendimiento.
En resumen, la proximidad y la selección de canales son factores clave que determinan si dos enrutadores de 2.4 GHz interferirán. Si bien no se garantiza que ocurra, la posibilidad es lo suficientemente alta como para que siempre debe considerarse y abordarse de manera proactiva.