* Robo financiero: Este es el tipo más común e implica robar dinero o información financiera. Los ejemplos incluyen:
* Phishing: Engañar a las personas para que revelen información confidencial como contraseñas, números de tarjetas de crédito o números de seguro social.
* malware: Uso de software malicioso para robar datos o controlar una computadora de forma remota. Esto podría incluir ransomware, keyloggers o spyware.
* fraude con tarjeta de crédito: Uso de números de tarjeta de crédito robados para realizar compras no autorizadas.
* Robo de identidad: Robar la información personal de alguien para abrir cuentas o cometer fraude en su nombre.
* fraude bancario en línea: Obtener acceso no autorizado a las cuentas bancarias en línea de alguien para robar fondos.
* robo de propiedad intelectual: Robar material con derechos de autor, como música, películas, software o diseños. Esto incluye la piratería y la infracción de los derechos de autor.
* Robo de datos: Robar información confidencial de individuos u organizaciones. Esto puede incluir datos personales, secretos comerciales o información del gobierno.
* Actualización de la cuenta: Obtener acceso no autorizado a las cuentas en línea de alguien, como correo electrónico, redes sociales o cuentas de juego.
* ataques de denegación de servicio (DOS): Abrumando un sitio web o servidor con tráfico, lo que no está disponible para los usuarios legítimos. Si bien no es directamente robo, se puede usar para interrumpir a las empresas y causar pérdidas financieras.
* fraude de comercio electrónico: Creación de tiendas falsas en línea para engañar a las personas para que realicen compras que nunca recibirán.
La gravedad del robo de Internet varía ampliamente dependiendo del tipo de delito, el valor de lo que es robado y la intención del perpetrador. Las sanciones por el robo de Internet pueden variar desde multas hasta encarcelamiento.