* Texto: Se traducen todos los elementos de la interfaz de usuario (botones, menús, mensajes de error, etc.).
* Números y fechas: El formato se ajusta a las convenciones locales (por ejemplo, coma vs. período como separador decimal, orden de fecha).
* moneda: Muestra símbolos y formatos de divisas apropiadas para la región seleccionada.
* Imágenes e iconos: Puede ser reemplazado por alternativas culturalmente apropiadas. (Si bien es menos común, algunas aplicaciones pueden incluso usar diferentes imágenes para tener en cuenta las sensibilidades culturales)
* audio y video: Las voces en off, los subtítulos y otros elementos audiovisuales están localizados.
* Soporte de derecha a izquierda (RTL): Para idiomas como el árabe y el hebreo, todo el diseño de la aplicación debe ser volteado para acomodar el texto que fluye de derecha a izquierda.
* Diseños de teclado: La aplicación podría cambiar automáticamente al diseño de teclado apropiado en función del idioma seleccionado.
El objetivo de una aplicación multilingüe es proporcionar una experiencia localizada, haciendo que la aplicación sea accesible y fácil de usar para un público más amplio, independientemente de su idioma nativo. Esto puede aumentar significativamente la participación del usuario y el alcance del mercado para empresas y organizaciones. El proceso de adaptar una aplicación para varios idiomas se llama localización.