* miniaturización: Las computadoras se volvieron significativamente más pequeñas y ligeras que sus predecesores.
* aumentó la velocidad y la eficiencia: Los circuitos integrados permitieron velocidades de procesamiento más rápidas y una mayor eficiencia en términos de consumo de energía.
* Fiabilidad mejorada: Menos componentes significaban menos puntos de falla, lo que resultó en sistemas más confiables.
* Costo reducido: La producción en masa de circuitos integrados hizo que las computadoras sean más asequibles, aunque aún caras para los estándares actuales.
* Lenguajes de programación: Los lenguajes de programación de nivel superior como Cobol y Fortran se hicieron más frecuentes, lo que hace que la programación sea más fácil y más accesible.
* Desarrollo de software: El aumento de la potencia y la confiabilidad alimentaron el desarrollo de aplicaciones de software más sofisticadas.
En resumen, el carácter definitorio de una computadora de tercera generación es su dependencia de los circuitos integrados como el bloque de construcción fundamental de su potencia de procesamiento. Este salto tecnológico mejoró significativamente sobre la velocidad, el tamaño, el costo y la confiabilidad de las computadoras de segunda generación que usaban transistores discretos.