Es probable que todavía necesite una VPN si:
* Estás usando Wi-Fi público como fuente de tu punto de acceso: El Wi-Fi público es notoriamente inseguro. Incluso si su punto de acceso está protegido con contraseña, la red Wi-Fi subyacente podría ser vulnerable a los ataques de espía o del hombre en el medio. Una VPN cifra sus datos, protegiéndolo incluso en una red no garantizada.
* Le preocupa el seguimiento de su ISP: Su ISP puede ver todo el tráfico que pasa por su punto de acceso, incluso si está encriptado con una contraseña. Una VPN enmascara su dirección IP y cifra sus datos, evitando que su ISP monitoree su actividad en línea.
* Está accediendo a datos o servicios confidenciales: Si está depositando, comprando en línea o utilizando otros servicios que requieren conexiones seguras, una VPN agrega una capa adicional de protección, especialmente cuando se usa una red potencialmente insegura para crear su punto de acceso.
* Estás en una ubicación con estricta censura de Internet: Una VPN puede omitir las restricciones geográficas y la censura, lo que le permite acceder a sitios web y servicios que de otra manera podrían bloquearse.
Puede * no * necesitar una VPN si:
* Está utilizando una red segura y confiable como fuente de su punto de acceso: Si está utilizando su red doméstica (que está protegida con contraseña y está asegurada con un firewall de enrutador) y no está preocupado por el seguimiento de su ISP, la necesidad de una VPN se reduce significativamente. Sin embargo, incluso entonces, una VPN ofrece beneficios adicionales de seguridad y privacidad.
En resumen: Si bien un punto de acceso personal agrega una capa de seguridad al requerir una contraseña, no protege inherentemente contra todos los riesgos asociados con el uso de Internet. Para una sólida seguridad y privacidad, generalmente se recomienda usar una VPN junto con un punto de acceso personal, especialmente cuando se usa Wi-Fi público o cuando se preocupa por el seguimiento.