* Tipo de máquina: Una copiadora de oficina de alto volumen probablemente experimentará más desgloses que una impresora doméstica de bajo volumen. Las máquinas más complejas también son más propensas a la falla.
* Calidad de la máquina: Es menos probable que una marca bien construida y de buena reputación se descomponga que un modelo más barato y menos confiable.
* Uso: El uso frecuente y pesado aumenta el desgaste, lo que lleva a más averías.
* Mantenimiento: El mantenimiento regular (limpieza, reemplazo de tóner, servicio preventivo) reduce significativamente la probabilidad de descomposiciones.
* entorno: El polvo, las temperaturas extremas y la humedad pueden contribuir a mal funcionamiento.
Si bien algunas fuentes pueden ofrecer promedios, a menudo no son confiables debido a la gran variabilidad en los factores mencionados anteriormente. Una impresora bien mantenida y de bajo uso puede pasar años sin problemas, mientras que una copiadora muy utilizada en un entorno duro puede requerir reparaciones varias veces al mes.
En lugar de centrarse en un número específico, es más útil considerar la implementación de un plan de mantenimiento preventivo para minimizar el tiempo de inactividad.