1. Problemas del conductor: La nueva tarjeta probablemente requiere controladores actualizados o diferentes que la anterior. Windows 8 podría estar luchando por encontrar o utilizar correctamente los controladores para el nuevo hardware, lo que lleva a inestabilidad y errores. Este es el culpable más común.
2. Problemas de la fuente de alimentación: La nueva tarjeta de mayor rendimiento puede requerir significativamente más potencia que la anterior y la fuente de alimentación existente puede ser inadecuada. Esto puede causar inestabilidad del sistema, colgaciones y errores. El sistema incluso puede estar cerrando inesperadamente.
3. Problemas de la ranura PCIe o la placa base: Si bien es menos probable que la tarjeta vieja funcionara (incluso mal), la ranura PCIe en sí podría verse dañada o tener un problema de conexión. Las mayores demandas de energía de la nueva tarjeta podrían exacerbar un problema sutil y preexistente. La placa base también podría tener problemas subyacentes no relacionados con la ranura PCIe, pero exacerbada por la carga de la nueva tarjeta.
4. sobrecalentamiento: Una tarjeta más potente genera más calor. Si el enfriamiento del sistema es insuficiente para la nueva tarjeta, el sobrecalentamiento podría causar inestabilidad y bloqueos del sistema. Esto es especialmente cierto si el caso de aire del caso es pobre.
5. Compatibilidad de BIOS: En casos raros, la nueva tarjeta podría tener problemas de compatibilidad con el BIOS del sistema. Una actualización de BIOS podría ser necesaria. Esto es menos probable que los problemas del conductor, pero aún es posible.
6. Conflictos de recursos: Si bien es menos común, hay una pequeña posibilidad de conflictos de recursos (aunque menos probables con un dispositivo PCIe que con los componentes integrados). Pero, esto probablemente se manifestaría de otras maneras más allá de solo cuelga y errores.
Pasos de solución de problemas:
1. Actualizar/reinstalar controladores: Este debería ser el primer paso. Descargue los últimos controladores directamente desde el sitio web del fabricante para la nueva tarjeta de video.
2. Verifique la fuente de alimentación: Asegúrese de que la fuente de alimentación tenga suficiente potencia y que los conectores de alimentación PCIe estén conectados correctamente. Considere actualizar la fuente de alimentación si es necesario.
3. Temperaturas de monitor: Use el software de monitoreo para verificar la temperatura de la GPU y otros componentes durante la operación. Si se está sobrecalentando, mejore el flujo de aire del caso o considere una mejor solución de enfriamiento.
4. Prueba en otro sistema (si es posible): Si puede, instale temporalmente la nueva tarjeta de video en un sistema diferente para ver si el problema persiste. Esto ayudará a aislar si el problema es con la tarjeta en sí o el sistema original.
5. Compruebe BIOS: Consulte el sitio web del fabricante de su placa base para obtener actualizaciones de BIOS para garantizar la compatibilidad con la nueva tarjeta gráfica.
6. Roll Back Drivers: Si actualizar los controladores no funciona, intente volver a los controladores más antiguos (si es posible).
El problema está * probablemente * relacionado con el conductor o un problema de la fuente de alimentación. Comience con estos y avance en la lista.