Los servidores DNS traducen los nombres de dominio legibles por humanos (como Google.com) en direcciones IP legibles por máquina (como 172.217.160.142), y viceversa. Esto permite que las computadoras se comuniquen entre sí a través de Internet utilizando nombres fácilmente recordados en lugar de direcciones numéricas complejas. Piense en ello como una guía telefónica para Internet.