Problemas menores:
* derrames: Los líquidos derramados en el teclado o el mouse pueden cortocircuitar la electrónica, lo que lleva a un mal funcionamiento o una falla completa. Los residuos adhesivos de los derrames también pueden interferir con las presiones de llave o los movimientos del mouse.
* Crumbas y polvo: Las migajas de los alimentos y el polvo pueden acumularse debajo de las llaves y dentro del mouse, obstaculizando la funcionalidad y dificultando la limpieza.
* arañazos y daños: Dejar caer o golpear el teclado o el mouse puede provocar rasguños, teclas rotas o daños a los componentes internos.
* Presiona la tecla accidental: Golpear el teclado puede causar acciones no deseadas o pérdida de datos.
* Problemas ergonómicos: La postura y el manejo incorrectos pueden provocar lesiones de tensión repetitiva (RSI) como el síndrome del túnel carpiano.
Problemas más serios:
* Falla completa: Los impactos severos o el daño líquido pueden hacer inutilizable el teclado o el mouse.
* Pérdida de datos: Las presiones de llave accidental, especialmente durante las tareas confidenciales, pueden conducir a acciones no deseadas y pérdida de datos. Esto es particularmente cierto si está trabajando en documentos no salvos o transacciones financieras.
* Infecciones: Los teclados y los ratones sucios pueden albergar bacterias y gérmenes, lo que puede conducir a una enfermedad si toca la cara o la boca después de manejarlos.
En resumen, el manejo cuidadoso de su teclado y mouse garantiza la longevidad, evita reparaciones o reemplazos costosos, protege sus datos y promueve una buena salud y ergonomía.