* El surgimiento de la industrialización: El cambio inicial de una semana laboral de seis días a una semana laboral de cinco días y medio (con un medio día de sábado) comenzó a fines del siglo XIX y principios del XX. La industrialización condujo a una mayor productividad y al deseo de un mayor tiempo de ocio entre los trabajadores. Las empresas también encontraron que las horas de trabajo más cortas, a pesar de menos horas totales por semana, a veces condujeron a una mayor producción por hora debido a la reducción de la fatiga.
* Movimientos y sindicatos laborales: Los sindicatos jugaron un papel crucial en la abogación de las semanas de trabajo más cortas. Organizaron ataques y protestas, exigiendo mejores condiciones de trabajo y más tiempo libre, influyendo significativamente en la adopción de la semana de cinco días. Argumentaron que una semana más corta mejoraría la moral de los trabajadores, la productividad y el bienestar general.
* Influencia de Henry Ford: La implementación de Henry Ford de la semana laboral de cinco días y 40 horas en sus plantas de Ford Motor Company en 1926 a menudo se cita como un momento crucial. Si bien sus motivaciones no eran puramente altruistas (quería mejorar la moral de los trabajadores y reducir la rotación), su decisión tuvo un efecto dominante significativo en todas las industrias. Demostró la viabilidad de una semana laboral más corta para la producción en masa.
* aumentó la eficiencia y la productividad: Como se mencionó anteriormente, se descubrió que una fuerza laboral bien descansada y menos estresada a menudo podría ser más productiva que una que trabaja en exceso de horas excesivamente largas. Una semana laboral más corta, aunque inicialmente parece reducir el tiempo de producción general, podría aumentar la producción por hora funcionada.
* Cambios sociales y cambios culturales: El deseo de un mejor equilibrio entre el trabajo y la vida y el tiempo de ocio se volvieron cada vez más frecuentes durante el siglo XX. Una semana laboral de cinco días se vio como un signo de progreso y una distribución más justa del trabajo y el ocio.
En resumen, la semana laboral de cinco días no se dio simplemente; Fue difícil por los movimientos laborales, influenciado por prácticas industriales exitosas y, en última instancia, adoptada debido a una combinación de presiones económicas y sociales que demuestran que era beneficioso tanto para los trabajadores como para los trabajadores y, en muchos casos, las empresas.