* Visualización de procesos de ejecución: Esto muestra qué programas y componentes del sistema están utilizando la CPU y los recursos de memoria. Puede identificar aplicaciones de ahorro de recursos y procesos finales que no responden o no funcionan mal.
* Rendimiento del sistema de monitoreo: El administrador de tareas muestra el uso de la CPU, el uso de la memoria y, a veces, otras métricas de rendimiento, como la actividad del disco. Esto le permite ver cómo se utilizan los recursos de su sistema e identificar posibles cuellos de botella.
* Gestión de aplicaciones: Puede cambiar entre aplicaciones en ejecución, finalizar tareas (cerrar programas con fuerza) y ver las propiedades de los programas en ejecución.
* Visualización de usuarios: Muestra qué usuarios están registrados actualmente en el sistema.
* Procesos de visualización: Una vista más detallada (disponible haciendo clic en la pestaña "Procesos") muestra todos los procesos en ejecución, incluidos los procesos del sistema, lo que permite un control más granular sobre los programas en ejecución. Sin embargo, poner fin a ciertos procesos del sistema puede causar inestabilidad o bloqueos del sistema, por lo que se recomienda precaución.
En resumen, el administrador de tareas en Windows XP actuó como una herramienta vital de control y control del sistema, lo que permite a los usuarios diagnosticar problemas de rendimiento, cerrar aplicaciones no respondidas y obtener una descripción general de la actividad de su sistema. Es menos rico en características que las versiones posteriores de Task Manager, pero cumplió las funciones centrales de manera efectiva para su tiempo.