* Un medio de instalación de Windows: El instalador de Windows en sí mismo le permite formatear unidades durante el proceso de instalación, incluso si actualmente no ha iniciado sesión en una instalación de Windows existente.
* Distribuciones en vivo de Linux: Muchas distribuciones de Linux (como Ubuntu, Mint, etc.) se pueden iniciar desde un USB o DVD. Estas ofrecen herramientas como GParted que permiten una poderosa manipulación de la unidad, incluido el formato.
* Herramientas de gestión de disco de terceros: Algunos fabricantes proporcionan herramientas de arranque específicamente para la gestión y formato de la unidad. Estos a menudo están disponibles en sus sitios web de soporte.
El proceso generalmente implica:
1. Creación de medios de arranque: Descargar la imagen ISO elegida y crear un USB de arranque o quemarla en un DVD.
2. Arranque desde los medios: Cambiar la configuración BIOS/UEFI de su computadora para arrancar desde la unidad USB o DVD.
3. Acceder a la herramienta de partición/formato: Esto variará según la herramienta utilizada.
4. Selección de la unidad: Elija cuidadosamente la unidad correcta para formatear. El formato de la unidad incorrecta puede conducir a una pérdida significativa de datos.
5. Selección del sistema de archivos: Elija un sistema de archivos como NTFS (Windows), FAT32 (Compatibilidad) o Ext4 (Linux).
6. Formateo de la unidad: Iniciando el proceso de formato. Esto borrará todos los datos en la unidad seleccionada.
Advertencia importante: El formato de un disco duro borrará todos los datos en él. Asegúrese absolutamente de haber seleccionado la unidad correcta antes de continuar. Verifique el tamaño de la unidad y cualquier etiqueta para evitar la pérdida accidental de datos.