* Procesos de fondo: Muchos procesos del sistema se ejecutan constantemente, manejando tareas como:
* Actualizaciones de Windows: Verificar y descargar actualizaciones.
* Software antivirus: Escaneo de malware y amenazas.
* Servicios de indexación: Indexación de archivos para una búsqueda más rápida.
* Sincronización de la nube: Sincronización de datos con servicios en la nube (Dropbox, OneDrive, Google Drive, etc.).
* Tareas de mantenimiento del sistema: Desfragmentación del disco (si está habilitado), comprobación de errores, etc.
* Programas de inicio: Aplicaciones que se inician automáticamente cuando inicia su computadora.
* Monitoreo de hardware: Su sistema monitorea constantemente su propio hardware, informando temperaturas, velocidades del ventilador y otra información crucial.
* Configuración de gestión de energía: Dependiendo de su plan de energía (alto rendimiento, equilibrado, ahorrador de potencia), se puede permitir que su procesador aumente a velocidades de reloj más altas incluso en inactividad. Los planes de alto rendimiento a menudo permiten esto para una capacidad de respuesta más rápida.
* Servicios intensivos en recursos: Un servicio específico podría estar consumiendo más recursos de los esperados.
* malware o virus: Aunque es menos probable, el malware podría estar ejecutándose en segundo plano y consumiendo una potencia de procesamiento significativa.
Cómo investigar:
1. Manager de tareas (Windows): Abra el Administrador de tareas (CTRL+Shift+ESC) y vaya a la pestaña "Procesos". Ordene mediante el uso de la CPU para ver qué procesos están consumiendo la mayoría de los recursos. Esto ayudará a identificar posibles culpables.
2. Monitor de actividad (macOS): Similar al administrador de tareas, el monitor de actividades muestra el uso de recursos.
3. Verifique los programas de inicio: Revise sus aplicaciones de inicio (en Windows, busque "aplicaciones de inicio"; en MacOS, use preferencias del sistema> Usuarios y grupos> elementos de inicio de sesión). Deshabilite programas innecesarios para reducir la carga de inicio.
4. Opciones de energía: Verifique la configuración de su plan de energía y considere cambiar a un plan más eficiente de energía si no está haciendo nada exigente.
5. Monitor de recursos (Windows): Esto proporciona una vista más detallada de la utilización de recursos que el administrador de tareas.
6. escaneo de virus: Ejecute un escaneo completo con su software antivirus para descartar malware.
7. Verifique las actualizaciones: Asegúrese de que su sistema operativo y los controladores estén actualizados. Los conductores obsoletos a veces pueden causar un alto uso inesperado de CPU.
Si ha marcado estos y aún tiene un alto uso de CPU, proporcione más detalles sobre su sistema (sistema operativo, modelo de procesador, etc.) y los programas específicos que se ejecutan (desde el administrador de tareas/monitor de actividades) para una solución de problemas más específica.