1. Problemas de software:
* escaneo de malware/virus: Ejecute un escaneo de sistema completo con un antivirus de buena reputación y un programa antimalware. El malware puede afectar significativamente el rendimiento de la CPU al consumir recursos en segundo plano.
* Procesos de fondo: Verifique su administrador de tareas (CTRL+Shift+ESC en Windows, Monitor de actividades en MacOS) para identificar procesos que consumen recursos excesivos de CPU. Rescindir aplicaciones innecesarias o de ahorro de recursos.
* Controladores obsoletos: Los controladores de dispositivos anticuados o corruptos (especialmente los controladores de gráficos) pueden conducir a cuellos de botella de rendimiento. Actualice todos los controladores del sitio web del fabricante.
* Programas de inicio sobrecargados: Muchos programas se lanzan automáticamente en el inicio, consumiendo recursos incluso cuando no se usan activamente. Desactivar programas de inicio innecesarios. (Esto generalmente se hace a través de la pestaña de inicio del administrador de tareas o una configuración de sistema similar).
* Problemas del sistema operativo: Un sistema operativo corrupto o fragmentado puede obstaculizar el rendimiento. Considere ejecutar un verificador de archivos del sistema (SFC Scan en Windows) o utilidades de limpieza/desfragmentación de disco. Una reinstalación limpia del sistema operativo es un último recurso.
* Software intensivo en recursos: Algunas aplicaciones son inherentemente intensivas en recursos. Si un programa específico está causando la desaceleración, considere actualizarla, usar una alternativa más ligera u optimizar su configuración.
* Actualizaciones de Windows: Asegúrese de que su sistema operativo esté completamente actualizado. Las actualizaciones a menudo incluyen mejoras de rendimiento y parches de seguridad.
2. Problemas de hardware:
* sobrecalentamiento: Una CPU que funciona demasiado caliente estrellará su rendimiento para evitar daños. Verifique la temperatura de su CPU utilizando el software de monitoreo (como Hwmonitor o Core Temp). Asegure un enfriamiento adecuado (ventiladores limpios, suficiente flujo de aire, pasta térmica aplicada adecuadamente).
* acumulación de polvo: La acumulación de polvo en el caso de su computadora puede restringir el flujo de aire y causar sobrecalentamiento. Limpie a fondo el interior de su computadora.
* hardware que falla: Un disco duro que falla, el módulo RAM u otro componente puede afectar significativamente el rendimiento general del sistema. Ejecute el diagnóstico de memoria (como el diagnóstico de memoria de Windows o MEMTEST86) y las verificaciones de salud del disco duro (como CrystalDiskinfo).
* Problemas de la fuente de alimentación: Una unidad de fuente de alimentación (PSU) insuficiente o fallida podría no proporcionar suficiente potencia a la CPU, lo que lleva a inestabilidad y caídas de rendimiento. Verifique la potencia de la PSU y asegúrese de que sea adecuado para los componentes de su sistema.
* degradación de la CPU: Con el tiempo, las CPU pueden degradarse, aunque esto es menos común. Si ha tenido el sistema durante varios años, es una posibilidad, pero generalmente menos probable que los problemas de software o térmicos.
3. Configuración de BIOS/UEFI:
* Configuración de potencia: Verifique su configuración BIOS/UEFI para obtener opciones de administración de energía. Asegúrese de que los modos de ahorro de energía no limiten agresivamente el rendimiento de la CPU. Busque configuraciones relacionadas con el rendimiento de la CPU, los límites de potencia o el impulso turbo.
Pasos de solución de problemas:
1. Comience con el software: Primero abordar los posibles problemas de software, ya que estos son los culpables más comunes.
2. Monitorear la temperatura de la CPU: Compruebe si su CPU se está sobrecalentando.
3. Ejecutar diagnósticos: Pon a prueba tu RAM y el disco duro para obtener errores.
4. Verifique la fuente de alimentación: Asegúrese de que su PSU sea suficiente para los requisitos de energía de su sistema.
5. Considere las actualizaciones de hardware: Si se descartan problemas de software y térmico, podría ser necesaria una actualización de hardware (como más RAM o un SSD más rápido). Pero esto solo se justifica después de la resolución exhaustiva de los puntos anteriores.
Antes de intentar correcciones de hardware, haga una copia de seguridad de sus datos importantes. Si te sientes incómodo realizar estos pasos tú mismo, consulte a un técnico informático.