* Reducción de tamaño y costos: Antes de los microprocesadores, las computadoras eran gigantes enormes, caros y hambrientos de energía que llenaban habitaciones enteras. Los microprocesadores los hicieron dramáticamente más pequeños y más baratos, lo que llevó a la adopción generalizada de computadoras personales.
* Aumento de la potencia de procesamiento: Si bien los microprocesadores tempranos fueron relativamente lentos en comparación con los estándares modernos, su integración permitió mejoras continuas en la velocidad y la eficiencia de procesamiento. La ley de Moore, que describe la duplicación de transistores en un chip aproximadamente cada dos años, es un resultado directo de los avances en la tecnología de microprocesadores.
* Versatilidad y programabilidad: Los microprocesadores son procesadores de uso general, lo que significa que pueden programarse para realizar una amplia variedad de tareas. Esta flexibilidad permitió el desarrollo de diversas aplicaciones de software y abrió la computación a una gama mucho más amplia de usos.
* habilitando nuevas tecnologías: Los microprocesadores se convirtieron en la base de innumerables tecnologías, incluidos teléfonos inteligentes, tabletas, sistemas integrados (que se encuentran en automóviles, electrodomésticos y maquinaria industrial) e Internet en sí. El aumento de Internet, por ejemplo, dependía en gran medida de la disponibilidad de microprocesadores económicos y potentes.
* Mejora eficiencia energética: Si bien las mejoras tempranas no fueron dramáticas, la miniaturización continua y los avances tecnológicos han llevado a mejoras significativas en la eficiencia energética, lo que permite alimentar los dispositivos con baterías pequeñas.
En esencia, el microprocesador transformó computadoras de máquinas especializadas y caras accesibles solo para grandes organizaciones y gobiernos, en dispositivos ubicuos, asequibles y poderosos que son parte integral de la vida moderna. Fue el factor más importante en la revolución digital.