Aquí está por qué:
* condensación: Cuando se toma una CPU de un congelador y se coloca en un entorno de temperatura ambiente, se formará condensación en su superficie. Esta humedad puede dañar los delicados componentes de la CPU.
* Choque térmico: El rápido cambio de temperatura entre el congelador y la temperatura ambiente puede causar un choque térmico a la CPU. Esto puede provocar grietas u otro daño al silicio.
* Daño de congelación: Si bien es poco probable que la CPU en sí se congele, la pasta térmica utilizada para unir la CPU al disipador de calor puede solidificarse en el congelador. Esto puede dificultar eliminar la CPU del disipador de calor.
Alternativas a la congelación:
* Aplicación de pasta térmica: Si tiene dificultades para aplicar la pasta térmica de manera uniforme, considere usar una herramienta de esparcidor de pasta térmica.
* Limpieza del disipador térmico: Si le preocupa el polvo o los escombros en el disipador térmico, límpielo con aire comprimido o un cepillo suave.
* enfriamiento de CPU: Si su CPU se sobrecalienta, considere actualizar su sistema de enfriamiento o garantizar el flujo de aire adecuado en su caso de computadora.
Conclusión:
Poner una CPU en el congelador no es una forma segura o efectiva de mejorar su rendimiento o resolver ningún problema. Es mejor evitar esta práctica por completo y confiar en las soluciones de mantenimiento y enfriamiento adecuadas para su computadora.