* La velocidad del reloj es solo un factor: Si bien una velocidad de reloj más alta generalmente indica un procesador más rápido, no es el único factor determinante para las operaciones por segundo. Otros aspectos como la arquitectura del procesador, el número de núcleos y la complejidad del conjunto de instrucciones juegan un papel.
* Las operaciones no son uniformes: Diferentes operaciones tardan diferentes cantidades de tiempo en completarse. Una operación aritmética simple es mucho más rápida que un acceso de memoria complejo o un cálculo de punto flotante.
* son necesarios puntos de referencia: Para obtener una medida del mundo real de cuántas operaciones puede realizar un procesador por segundo, debe ejecutar puntos de referencia diseñados para probar tipos específicos de cargas de trabajo.
Piense en ello de esta manera:
Imagina un motor de coche. Un RPM más alto (revoluciones por minuto) indica un motor más rápido, pero no le dice qué tan rápido viajará el automóvil. Eso depende de la transmisión del automóvil, el peso, la aerodinámica y el tipo de terreno.
Entonces, ¿qué podemos decir sobre un procesador de 2.5 GHz?
Es un procesador rápido, pero sus operaciones reales por segundo variarán según la tarea que esté realizando.